RECIBIDO EN UN COMENTARIO:
MAESTRO HUANG C. AGUILAR.
BILBAOMAESTRO AGUILAR.
2007 BILBAO.
EXTRASENSORIAL.
OJOS VENDADOS
Monasterio Budista Océano de la Tranquilidad Monasterio Shaolin Español.
A todo el Mundo.
He tenido la suerte de poder presenciar y vivir en primera persona muchas de las cosas increíbles que realiza mi Maestro Huang C. Aguilar. Cosas que me dejan sin palabras, con la mente y el corazón conmocionados, cosas que no puedo definir ni calificar porque superan mi entendimiento pero que me gustaría contar y describir para que las puedan conocer aquellos que no estuvieron allí.
CAPACIDAD EXTRASENSORIAL DE PERCIBIR PERSONAS Y OBJETOS CON LOS OJOS CERRADOS.
Lo más extraño de todo es que el ejercicio por el que el programa de televisión estaba más
interesado, era por el de la capacidad sensorial del maestro Aguilar, de sentir a ciegas la presencia a su alrededor de personas, llegando a localizarlas con los ojos vendados, y de llegar incluso a usar armas dobles, y golpear con ellas con absoluta precisión en el pecho de los alumnos, previamente protegidos por petos reglamentarios de competición. Algo que ya hiciera en otra ocasión en alguna Budo Gala de Artes Marciales, delante de más de 3.000 personas.
Esta vez el implacable ojo de la cámara y un equipo de investigación pretendían ver en directo y a escasos metros dicha capacidad. Realmente aquel ejercicio se convertiría para el maestro Aguilar en el más verdadero ejercicio de cegado, a ciegas, sin vista, con ojos vendados, que jamás nunca ha hecho ni espero tenga que hacer.
A ciegas con una astilla metálica clavada en la pupila, recién intervenido en urgencias. Peleando como en las antiguas batallas de hace 2000 años, con heridas, sin perder la compostura, la posición, el equilibrio, ni sus objetivos. Todos hemos sufrido alguna vez la entrada de un pequeño grano de polvo o de arena en un ojo alguna vez en nuestra vida. Todos sabemos que ese es un dolor que puede convertirse en casi insoportable, junto al dolor en las piezas dentales. No me quiero imaginar el dolor soportado por mi maestro con un objeto metálico clavado en la pupila. No entiendo como es capaz de concentrarse en sus ejercicios de Chi Kung en semejantes condiciones. No creo que nadie jamás en la historia haya tenido, que hacer un ejerció de concentración extrasensorial, por encima del control necesario para soportar tal tortura. Estoy absolutamente convencida de que ningún antiguo guerrero tuviera que además de pelear herido, hacerlo con los ojos vendados y acertar con su espada en el punto exacto de su salvación.
LO QUE NADIE SABÍA SOBRE EL MAESTRO AGUILAR.
La semana anterior a la grabación, concretamente el martes 21 de Agosto del 2007, después de pasar todo el fin de semana trabajando en la remodelación del vestuario de los chicos de la escuela de Costa, el Maestro nos pidió que nos encargásemos de la escuela ya que él no iría si no era estrictamente necesario.
Pensaba que por fin se tomaba al menos un día de descanso, sobre todo sabiendo que al día siguiente llegaba el Presidente de la Delegación Alemana Nadim Sarrouh y esto de nuevo iba a requerir un gran esfuerzo y dedicación por parte del Maestro.
Al día siguiente el Maestro me pidió que si me era posible que fuera yo a recoger a Nadim, ya que el no podría. Algo muy extraño ya que al Maestro le gusta ir el mismo, siempre que las circunstancias lo permiten, a recibir a los Delegados al aeropuerto.
Cuando aterrizó, Nadim también se extraño de verme en lugar de ver a su maestro.
Pero al igual que él yo no sabía la razón de su ausencia. Ya cerca de la escuela de Costa y de mi casa, estábamos Nadim y yo tomando un Te, cuando nos llamó el maestro para saber si todo estaba bien.
Al decirle dónde estábamos, nos dijo: “Bien yo estoy cerca, a dos minutos, os veo ahora” OPERADO DE SU OJO ESA MISMA MAÑANA
Cuando nos reunimos le vi salir de su coche en el que había papeles de recetas médicas sobre el salpicadero y llevaba puestas unas gafas de sol, lo que me resultó extraño ya que era la primera vez que le veía con gafas, no muy seguro en sus movimientos.
Se movía muy despacio, controlándose y con mucha cautela.
Fue entonces cuando un jarro de agua fría cayó sobre nosotros al explicarnos que estaba pasando.
Acababa de llegar del hospital de Cruces, ya que el domingo había tenido un desgraciado accidente. Durante varios días estuvo en su domicilio en cama, hasta que el dolor le hizo acudir esa mañana a urgencias al hospital de Basurto.
Lo había mantenido en total secreto para todos, reservando su privacidad y tratando de no alarmar a nadie. En el Hospital de Basurto al ver la gravedad de la situación del Ojo, lo mandaron de inmediato al ala de urgencias de oftalmología del hospital de Cruces, quienes poseen tecnología mas avanzada en ese campo.
Y esa misma mañana, le intervenían en el momento, en Urgencias.
Le acaban de extirpar tres virutas de metal que se le habían clavado, tres días atrás.
Pero lo peor era que tenía una cuarta viruta de metal clavada en una zona de difícil acceso sin sufrir una posible perdida de la visión, y no se la habían podido extirpar.
Habían decidido en el hospital, esperar un par de días mas antes de intentar la próxima extracción . Como le dijeron en el Hospital, Si hay suerte el propio ojo expulsará el objeto.
Si hay suerte, así no habrá que intervenir. Aunque esto suponga un calvario para el paciente, se trata de evitar la perdida de visión por los instrumentos quirúrgicos a emplear, para la propia extracción.
En aquellos momentos a pesar de tener muy mal aspecto, bromeaba sobre las drogas que le habían dado para la intervención, ya que el paciente ha de estar consciente.
Lo que más nos impactó es que nadie le acompañara, al hospital, fue por sus propios medios, conduciendo su propio coche.
Acabada de llegar del hospital por sus propios medios conduciendo.
Nos dijo que después de salir del hospital, fue al parking y tubo que estar media hora para controlarse y poder salir de esa situación como él tiene costumbre, por sus propios medios, como un guerrero si es posible.
Sin tener ninguna ayuda.
Su cara estaba hinchada, el ojo no le paraba de llorar, en todo momento sujetaba su cabeza con las manos y sin embargo seguía en pie hablando con nosotros.
Los papeles del salpicadero del coche eran los partes de entrada, diagnostico e intervención, además de un montón de recetas de medicamentos para evitar el dolor, la infección y aumentar la cicatrización.
Cuando nos dijo que se tomaría solo el de la infección, ya que tenía un cuarto objeto metálico clavado pero que no quería tomar las drogas para el dolor etc. por que necesitaba su mente despejada para la visita de antena 3 de los día siguientes, comprendí quien era mi maestro.
Aunque no se como explicarlo. ¿Pueden ustedes?
Les deje a mi maestro y a su alumno, el maestro Nadim, en busca de una farmacia.
Sobre una hora después volví a coincidir con mi Maestro de camino a la escuela y en esos momentos le estaba desapareciendo el efecto de la anestesia que le habían dado para la operación.
A pesar de ser una persona fuerte, muy acostumbrada a soportar el dolor y como buen guerrero a no mostrar la posible debilidad, en aquel momento pude ver y sentir claramente que estaba sufriendo un enorme dolor.
Aun se me eriza la piel y se me encoge el estomago y el corazón al recordarlo.
Aquello me conmocionó profundamente.
Nos pidió que no dijéramos nada por el momento, ya que no quería intranquilizar a nadie. Los días previos a la grabación aún con la astilla clavada en el ojo el Maestro continuo con la formación de Nadim, ayudándonos con los trabajos de la Web y preparando lo necesario para la grabación.
Únicamente estaba tomando la medicación para evitar una posible infección pero no la medicación para el dolor ya que no se puede realizar Chi Kung bajo el efecto de las drogas.
Simplemente ya no podía entender cómo podía seguir trabajando en ese estado y mantener la concentración sufriendo semejante dolor, así que la idea de plantearse realizar complicadísimos ejercicios de Chi Kung, que requieren gran poder de concentración, en aquellas circunstancias me parecía algo más que imposible o increíble.
LLEGÓ EL DÍA DE LA GRABACIÓN
Primer día de grabación - 28/08/07
El día de la primera grabación llegó.
Sólo algunos sabíamos que el maestro tenía la viruta clavada en su ojo.
Cuando el maestro se lo contó a los maestros asistentes, al propio equipo de antena 3 como a los cinturones negros, el silencio reino entre ellos.
La mayoría de los alumnos que habían ido a la escuela los días anteriores sabían que tenía alguna lesión que le impidió dar clase, pero si habían visto al maestro por la escuela encargándose de labores de papeleo y con Nadim y Carlos.
La escuela se empezó a abarrotar, alumnos de las distintas clases de Tai Chi, Kung-Fu Meditación, Yoga, etc. llegaban y libre mente se sentaban dentro de la sala en silencio o fuera en la sala de recepción.
Al final durante toda la noche pasarían por la escuela unas 200 personas.
A las cinco de la tarde nos reunimos unos cuantos alumnos en la escuela de Costa para esperar al equipo de la televisión.
No había nada preestablecido así que no sabíamos si nos grabarían en una clase normal o sólo se iban a hacer los ejercicios de Chi Kung.
El equipo de televisión llegó y comenzaron a montar un montón de focos y cables por todo el kwon.
La preparación les llevo bastante tiempo por lo que no se pudieron dar las clases pero todos los alumnos que quisieron se quedaron en la escuela para ver la grabación.
Era un día especial del que queríamos ser testigos.
A pesar de la incertidumbre, mi preocupación por el estado del Maestro y lo extraño de ver el kwon cómo si fuese un plató de televisión el ambiente me pareció muy tranquilo, lo que me sorprendió en parte pero lo asocié a ese “algo” que tiene la escuela y que hace que en cuanto cruzamos la puerta nos sentimos como en casa y todos estamos mucho más tranquilos y relajados.
Solo una persona dentro del público estaba también conmocionada.
Se trataba de Maria dolores Garrido, cinturón Negro de Tai Chi.
Ella trabaja en la zona de Urgencias del Hospital de Basurto y estaba enterada de todo.
Sentada entre el público dentro de la sala, metía la cabeza entre las rodillas sujetándose la cabeza.
Sus compañeros cinturones negros la decían que no lo pasara mal, que el maestro Aguilar no solía fallar, y que esto ya lo había hecho antes.
Ella miraba de nuevo al suelo y guardaba silencio.
Su maestro la había pedido que no dijera nada a nadie y así lo estaba haciendo.
Pero su cara de preocupada, de sufrimiento, de no entendimiento, de ver realmente como yo, la verdadera naturaleza del poder del maestro Aguilar y de no poderlo gritar a todos nuestros compañeros era lo que quizás más le hacia mirar continuamente al suelo.
Además el Maestro estaba por allí tranquilo organizando un poco las cosas y comenzando a preparase para los ejercicios, así que cuando el equipo de televisión estuvo listo unos cuantos alumnos nos sentamos dentro del kwon y otros desde fuera a ver tranquilamente los ejercicios de Chi Kung.
El Maestro comenzó a prepararse con unos ejercicios de Yoga y Chi Kung en los que le acompañaron algunos de los alumnos que estaban presentes.
No pude evitar fijarme que el Maestro se concentraba especialmente en la zona de su ojo al que acercaba su mano mientras realizaba los ejercicios preparatorios de Chi Kung.
Ejercicio de Chi Kung Sensorial
El ejercicio comenzaba.
El maestro Aguilar de rodillas en medio de la sala y frente a él su alumno el Sifú David González arrodillado hizo entrega al Maestro Aguilar de su propio cinturón negro mediante una sencilla pero muy bonita ceremonia.
El Sifú David se quitó el cinturón de su cintura, lo dobló y se lo presentó al Maestro Aguilar.
El Maestro Aguilar tomó el cinturón de su discípulo y se vendó los ojos con el.
Nuestro cinturón esta compuesto de una doble tejido fuerte y de una largura de tres metros, que tenía que enrollarse poco a poco hasta dejarlo con tan solo una porción muy pequeña de cinturón, colgando por su espalda . Tras varias vueltas a la cabeza del maestro el cinturón le cubría el rostro desde casi la punta de la nariz hasta la parte superior de su frente, dejando claro que la luz no podía atravesar semejante cantidad de tejido grueso.
Yo pensé para mi, pero si el maestro ya esta medio ciego y herido,¡ qué mas quieren! Retirándose el sifú David, el maestro se quedó solo en la sala.
A unos metros cámaras y decenas de ojos observaban en silencio lo que ocurría.
Vendado, herido, con una astilla en la pupila y con dos Nunchakus en sus manos, el maestro se levantó y empezó a moverse sin errores.
Así comenzó el ejercicio de Chi Kung Sensorial, Fue mágico. Mi maestro se movía por la sala como si pudiera ver normalmente.
Reconocer la sala y recorrerla moviendo las armas con los ojos vendados.
Con ese control era toda una proeza en si misma.
En Berlín un año antes. Ya había visto realizar a mi Maestro este ejercicio varias veces tanto en la escuela de Costa como en Berlín.
Personalmente me impacto mucho verlo en Berlín en una sala en la que el Maestro no había estado nunca antes.
El Maestro se vendaba los ojos con su cinturón, dejaba la pulsera budista que llevaba en el centro de la sala y comenzó a moverse por la sala reconociéndola paseando suavemente, luego a alta velocidad moviéndose en todas direcciones usando todas las posiciones, de Kung-Fu y técnicas de combate con esas armas.
Se acercaba al limite de la sala y golpeaba con absoluta precisión ángulos, limites y salientes de las paredes, con los extremos de sus armas.
Aquello era simplemente espectacular.
Cuando pensaba que lo había visto todo, en un momento el maestro empezó a caminar de espaldas hacia atrás.
Seguía con los ojos vendados, y cuando iba a pisar la pulsera que dejo hacia ya 4 minutos tirada en el suelo, levanto su pié y evitando el “Mala” pasó por encima de él.
Más adelante se agachó y de manera precisa lo tomó con la mano y se lo puso en la muñeca de nuevo.
Ya hacía tiempo que nadie hablaba, en la sala, pero ahora el silencio se hizo puro hielo, en la sangre de muchos.
Nadim comentó que jamás hubiera pensado que el maestro tuviera tan altas cualidades y capacidades. En España ahora, aquí. Ejercicio de alta precisión.
Tocar objetos, reconocer el espacio. En esta ocasión el Maestro comenzó el ejercicio desde el centro de la sala donde se había vendado los ojos con el cinturón del Sifú David. Se levantó, se coloco en posición de Mapú o posición de jinete, y empezó a realizar ejercicios de Kung-Fu que son propios para exhibiciones.
Movimientos dobles, giros de 360 grados, de 180 grados, pasos de todo tipo, y estrategias del movimiento del arma.
Cambios de ritmo, altura, golpes, etc.
Su coordinación e integración como siempre impecable.
Me extrañaba que no se moviera tan rápido como era habitual en él.
Cuando se enfrento a una de las paredes de la sala, se detuvo en seco, como si la hubiera adivinado.
Sin dejar de mover sus armas coordinadas, lanzó un certero golpe contra la barra de estiramiento que hay situada a un metro cuarenta centímetros.
No sería el único golpe de alta precisión que diera, esa noche.
Yo me fije en las caras de la redactora y del director del programa, curiosidad, se convirtió, a mi entender en asombro, en incredulidad y al mismo tiempo en mas y mas curiosidad.
Tras recorrer como quien recorre el límite de un acantilado el maestro evitó la pared y a escasos centímetros seguía describiendo movimientos marciales en posiciones y pasos tradicionales de una gran belleza.
Lo curioso de todo es que el maestro no se movía por el centro donde no hay riesgo de chocar contra nada, sino por los limites de la sala.
Aquello me dejo de nuevo sin palabras.
No erró ni un movimiento, no choco por accidente con las paredes ni una vez, pero sus giros y golpes serian ya a estas alturas más de 90.
Se detuvo ante las baldas de los petos y escudos de competición que hay situado en la segunda pared del fondo.
Curiosamente de la balda, colgaban algunas cintas de los petos de manera caprichosa.
El maestro se detuvo y los golpeo en el aire, haciendo que se sacudieran.
Mas adelante el maestro evitaba una de las columnas rodeándola sin parar de lanzar golpes con sus armas en direcciones de ataque defensa o contraataque.
A continuación continuó recorriendo la sala de forma rectangular a gran velocidad mientras movía las armas y se mantenía a cierta distancia de la pared.
Cada vez que se aproximaba a una pared si existía algún saliente, algún objeto, lo golpeaba con las armas sin detenerse en sus movimientos.
La línea de corte del Espejo, el centro de su espíritu. Cada vez que el maestro regresaba al centro de la sala, una sala de unos 50 metros cuadrados, el maestro se testaba a si mismo para comprobar su exactitud.
Para ello dejaba de golpear con sus armas, las bajaba y ponía en su mano izquierda.
Y rompiendo la disciplina marcial, caminaba a paso natural en dirección al espejo central.
Esta zona esta compuesta por tan solo dos espejos de dos metros cada uno de ancho.
De tal manera que el centro de los dos forman una línea situada más o menos en el centro de la sala.
Se acercó con los ojos completamente vendados, se detuvo a unos 60 centímetros y con mucha tranquilidad alargo su mano, y con la uña de su dedo índice intento localizar el medio del corte del espejo. Su error fue creo de un centímetro.
Lo que no entiendo es como después de recorrer una estancia girando sin parar derecha e izquierda, golpeando objetos, coordinando las armas, es capaz de regresar al centro y de no errar en situarse en el centro, centro.
Ah!! Se me había olvidado el maestro estaba recién operado, sufría fuertes dolores, y tenia una esquirla de metal clavada en la pupila.
Protesta hacia el programa.
Esto lo repitió unas cuatro o cinco veces.
Lo que no comprendo es por que está parte no ha sido plasmada en el programa, fue absolutamente magistral.
Son explicaciones que a mi juicio engrandecen y plasman mejor la capacidad del maestro Aguilar. Aunque para la televisión solo les interesa lo que tiene relación con el golpe.
A ellos al parecer es lo que les ha parecido espectacular, como golpear a personas con los ojos vendados.
Aunque ahora que lo pienso no nombraron ni hicieron referencia a que el maestro Aguilar, estuviera recién salido de un quirófano de oftamología, de Cruces.
Una autentica pena.
También fue una pena que luego el maestro nos dijera que en este ejercicio de percepción de los objetos y límites de la estancia o sala de entrenamiento, se había movido despacio, tan solo por que los equipos de cámaras se lo habían pedido.
Querían grabar cuanto mas cerca mejor.
Le preguntado al maestro si sería capaz de detectar la presencia de los cámaras si entraban dentro del espacio de trabajo de la demostración.
El Maestro les dijo que nunca nadie le había planteado semejante reto, pero que él mismo estaba interesado en conocerlo, y que aquella situación era ideal para descubrirlo. Que lis invitaba a entrar dentro cuando quisieran sin avisar.
Tras comentarlo con el director, Javier Serra, y los ayudantes de producción concluyeron que en realidad les daba miedo sufrir un golpe por accidente en el objetivo de las maquinas a los propios cámaras.
Con lo cual decidieron que si el maestro Aguilar se moviera más despacio daría tiempo a los cámaras a decidir si entrar o no entrar, viendo el desarrollo y dirección que tomaría el propio ejercicio.
El problema residía en que al no ser un espectáculo nadie sabia lo que iba a ocurrir.
Se hacia en vivo y en directo, sin cortes y esto era una gran dificultad para los equipos de grabación.
Lo que ocurrió al preguntar el maestro Aguilar a los cámaras por que no habían entrado, dijeron simplemente, por que se habían quedado fascinados y con mucho respeto, tanto que no se atrevieron a entrar.
Fue una pena que o no lo reflejaran o no le solicitaran a mi maestro que se moviera rápido.
Una vez recorrida toda la sala el maestro regresó a la posición de partida del ejercicio y se arrodilló a la espera de que se preparasen las personas que iban a participar en el siguiente ejercicio.
Segundo ejercicio de alta precisión. Reconocer 4 personas y golpearlas con las armas
El tan esperado ejercicio buscado por los expertos en capacidades especiales, sensitivas o extrasensoriales. Se situarían cuatro personas dentro de la sala a unas distancias y posiciones que el maestro desconocería.
Estas habían sido protegidas por petos de competición para poder soportar el impacto en el abdomen de un furioso golpe con las armas del maestro, dos Nunchakus.
Habitualmente son cuatro alumnos del maestro Aguilar los que se sitúan dentro.
Sin embargo por iniciativa del director del programa, el Sr. Javier Serrra, realizó una pregunta y petición al mismo tiempo.
Preguntó si el maestro tan solo lo hacia con alumnos, si solo reconocería a alumnos, o si sería capaz de reconocer a desconocidos. El maestro le contesto que a cualquiera. Insistió no satisfecho si podría ser ahora en este momento un cambio y sustitución de uno de los cuatro alumnos por uno de su equipo. El maestro le contesto que si. Insistió y preguntó si podría ser el mismo.
El maestro le contestó que por su puesto.
Y por último insistió en si podría ir camuflado vestido como uno de sus alumnos.
El maestro llamó a uno de sus mejores alumnos y le dijo.
Ve al vestuario y dale el traje que llevas puesto.
Javier sierra no tuvo más peticiones.
Las cuatro personas que eran Nadim Sarrouh, Carlos Mora, José Manuel Álvarez y Javier Sierra el presentador y director del programa con el traje oficial de entrenamiento, convertirían este experimento en algo que jamás antes se había hecho, en dificultad y veracidad de que no existe ninguna posibilidad de que el maestro sepa de manera humana donde se encuentran.
Por su puesto fue Javier Sierra quien eligió el lugar en que quería colocarse y cuando todos terminaron de posicionarse el Sifú David indicó al maestro Aguilar quien permanecía arrodillado en el centro de la sala con los ojos vendados, que todo estaba listo.
Hasta el momento el maestro llevaba como unos 30 minutos vendado en la sala, moviéndose por todas partes.
Algo increíble.
El maestro comenzó de nuevo con sus giros coordinados mostrando todo el esplendor y dificultad de estas armas, los Nunchakus.
De nuevo giros de 180 grados, de 360 grados, ataques opuestos, descendentes, ascendentes simétricos, asimétricos etc. mientras recorría la sala a una velocidad controlada.
De pronto localizó el centro de la figura que formaban los cuatro hombres.
Y se metió dentro del círculo que formaban.
Allí estaban los cuatro con los brazos a la espalda quietos y en silencio.
Nada podría dar ninguna información de quien era quien y de donde estaban.
Entonces el maestro Aguilar empezó a localizarlos uno a uno y situándose delante de ellos a golpearles de manera milimétrica y precisa en el centro del circulo de color azul marcado en todo peto de competición olímpica.
Solo necesitó un golpe para acertar.
Sólo una oportunidad, un único golpe y un acierto pleno.
Me sorprendió muchísimo que la diferencia de altura entre los Maestros Nadim Sarrouh, llegado desde Berlín, Maestro Carlos Mora, llegado desde Barcelona, y Maestro José Manuel Álvarez desde Bilbao, aún siendo notable no fuera un problema para que el maestro localizara sin error el circulo que se encontraba en su pecho o abdomen.
Era claramente capaz de sentir el corazón de cada uno de ellos, ¿quizás incluso de oír sus latidos? Era claro que sí, ya que no hubo errores.
Cuando pasó al lado de Javier Sierra, se detuvo un segundo y paso de largo, lo reservaba para el final.
Una vez golpeado el tercero de los maestros, regresó a la posición donde se encontraba Javier Sierra, dejando al invitado para el final en señal de cortesía.
Se detuvo frente a él durante un tiempo. Quizás fueron diez segundos, no lo se, pero a mi me pareció una eternidad.
El tiempo parecía que iba más despacio, el Maestro estaba frente a él como atravesándole con la mirada, parecía una fiera acechando y analizando a su presa con detenimiento y meticulosidad. Se desplazó frente a el hasta colocarse en el lugar correcto y dio un golpe seco con los Nunchakus en el circulo azul de centro del peto de Javier Sierra.
El rostro de Javier fue impresionante, no es fácil describirlo, pero su cara de asombro, de miedo, de fascinación, de alegría, de participación, casi de “lo sabia, sabía que lo haría” lo decía todo.
Fue lo mejor de la tarde, su rostro.
De él desaparecieron las dudas, las pesquisas, la desconfianza.
Apareció el respeto, la admiración y creo que la enseñanza recibida.
Tercer ejercicio de alta precisión.
Reconocer la posición oculta de un alumno y golpearle con las armas
Tras dejar a todos conmocionados el maestro se arrodillo y siguió en concentración.
Ya llevaba 40 minutos con los ojos vendados.
Allí esperaba a la última prueba de la noche.
El Sifú David reclamo que un alumno de alto grado le prestaran un cinturón para el siguiente ejercicio. El maestro David González comenzó a moverse sigilosamente por la sala en silencio total.
La idea era que partiendo de la posición frente a frente, el sifú David engañara al maestro Aguilar, caminando por la sala de la manera mas silenciosa y desordenada posible, para que no supiera en ningún momento donde elegiría pararse, y quedarse quieto sujetando en alto el cinturón con su mano derecha.
El cinturón doblado por la mitad colgaba de su mano y perpendicular al suelo, situándose a unos 20 centímetros del suelo.
Unos instantes después el Maestro se levantó y comenzó a recorrer la sala en busca del Sifú David.
Ya nadie se sorprendió de que el maestro Aguilar lo localizara a los pocos minutos.
Pero así fue, se situó frente a el, y de nuevo se detuvo varios segundos.
Se le veía en calma y sumido en una gran concentración.
Fue entonces cuando dio dos certeros golpes.
El primero de manera suave tocando la cola del cinturón a pocos centímetros del suelo, como un monje, como dicen en el programa, el segundo décimas de segundo después, lanzo un fuertísimo y rapidísimo, golpe sobre el cinturón a la altura de su mano.
Como dicen en el programa, un fuerte golpe propio de un maestro guerrero.
El golpe fue limpio como el de un cirujano, preciso como el de un relojero suizo.
EL cinturón tan solo pudo volar, arrancado de las manos del Maestro David.
Cuando David se recogió en un formal saludo, uniendo las manos como monje llegó para mí uno de los momentos más bonitos.
El Sifú David saludo al Maestro juntando las palmas de la manos a la altura del corazón y el Maestro se acerco y con sus manos rodeó las manos del maestro David para indicarle que viniera.
Este no reaccionó, se quedo por un instante pasmado.
Fue impresionante.
Entonces el maestro Aguilar lo cogió con decisión y dio un suave tirón de las manos, pero el Sifú David seguía sin saber que hacer.
Fue impresionante ver al Sifú David que lleva muchísimos años viendo y participando en demostraciones del Maestro Aguilar, quedarse paralizado e impactado por su Maestro.
El Maestro volvió a coger al Sifú David por las manos.
Tiró de él y este siguió su estela.
Le arrastró suavemente al centro de la sala para volver a arrodillarse de nuevo uno frente al otro y terminar la ceremonia.
El Maestro suavemente se fue quitando el cinturón que durante más de una hora había estado poniendo a prueba, al para mi, más noble de los guerreros de leyenda.
Lo dobló cuidadosamente y con ambas manos se lo devolvió a su discípulo y así, como me enseñó mi maestro, se cerraba el círculo.
Me pareció algo precioso.
Muchísimas gracias Maestro por tu empeño en mostrarnos y querer compartir con nosotros este tesoro. Espero saber aprovechar este nuevo regalo de enseñanza para forjar con más fuerza mi decisión de seguirte por este duro y maravilloso camino del Chan. Mi más sincero agradecimiento, Maestro.
Más información en nuestro sitio Web.
Begoña Hormaechea Urquijo
Edad, 31 años
Nacida en Bilbao,
Residente en Bilbao
Ingeniero Informático
Novicia del Monasterio Océano de la Tranquilidad.
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